Slenderman
Cinco amigos, Ana, Bruno, Carlos, Daniela y Elena, decidieron ir a acampar al bosque, cerca de una vieja mansión abandonada. Habían oído rumores de que allí vivía un monstruo llamado Slenderman, pero no les creían. Pensaban que era solo una leyenda urbana, inventada por los adultos para asustarlos. Llegaron al lugar al atardecer y montaron su tienda de campaña. Encendieron una fogata y se pusieron a contar historias de miedo. Ana sacó una cámara de fotos y dijo que quería explorar la mansión. Los demás la siguieron, excepto Elena, que se quedó cuidando la tienda. Entraron en la mansión y se encontraron con un escenario de horror. Había sangre en las paredes, muebles rotos, y dibujos extraños de un hombre sin rostro. Ana empezó a tomar fotos, mientras los demás la seguían con nerviosismo. De repente, oyeron un ruido detrás de una puerta. Bruno se acercó y la abrió. Se quedó paralizado al ver lo que había dentro. Era Elena, colgada de un gancho, con los ojos vacíos y la boca